Un día de boda en Mas Vidrier

 

Hay bodas que te dejan huella, y esta fue una de ellas. La mañana empezó en una iglesia preciosa en Barcelona, un lugar que, con su serenidad, fue el marco perfecto para la ceremonia. Lo que más me emocionó fue ver a la pareja tan genuina, tan ellos mismos, disfrutando del momento sin artificios, solo siendo quienes son, rodeados de los suyos.

Después, por la Diagonal en su coche descapotable fue como un sueño. El sol brillando sobre Barcelona, la ciudad con su energía única, y ellos dos, tan felices, tan conectados. Y lo mejor de todo fue ver cómo se sentían el uno con el otro, sin prisas, disfrutando al máximo.

Llegamos a Mas Vidrier, un lugar que, con su simplicidad y elegancia, se convirtió en el escenario perfecto para el banquete. Lo que más me tocó de todo fue la gente que los rodeaba, todos super felices. El cariño que había en el ambiente, las sonrisas, los abrazos… era como si toda la felicidad del mundo estuviera reunida en ese momento.

Capturar ese día fue un placer. Ver la autenticidad, el amor y la conexión entre ellos fue algo genial. Sin duda, una boda que siempre recordaré, no solo por sus detalles, sino por la energía tan especial que transmitieron.